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Creatividad que escucha, conecta y divierte

  • Foto del escritor: Karolina Praskova
    Karolina Praskova
  • 9 sept
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 29 sept

Marta convierte lo cotidiano en inspiración. Para ella, escribir es un ejercicio de escucha profunda y síntesis. Su creatividad no solo se refleja en las ideas brillantes, sino también en cómo integra lo humano en su liderazgo: cercanía, humor y autenticidad. Entre sudokus matutinos, boquerones con patatas y discos de los noventa, esta mujer inspiradora nos recuerda que la creatividad no surge del ruido, sino de la atención y del disfrute de las pequeñas cosas. Prepárate para una entrevista fresca, cercana y con chispa.


Para romper el hielo 🧊


Si tu carrera fuera una película, ¿qué título tendría?

¿Qué puedo hacer por ti?


Le he pedido a Chat GPT que diseñe la carátula, inspirada en el estilo cinematográfico de Frances Ha (una de mis películas favoritas).


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¿Qué canción es ahora mismo tu himno laboral?

She works hard for the money, de Donna Summer.


¿Tu bebida favorita para sobrevivir a un día intenso? 

Zumo de tomate con limón, sal, pimienta y cuatro gotitas de tabasco. Cinco, si me siento atrevida.


Una palabra que describa tu carrera hasta ahora: 

Escuchar.


¿Eres más de madrugar o de trasnochar?

Madrugaría si no trasnochara.


Lo mejor de lo que haces:

Me gusta imaginarme como una terapeuta, un poco como la Dra. Melfi en Los Soprano: desde mi sillón creativo, escucho a las marcas con atención y observo cómo comunican. Exploro su pasado, sus valores y su razón de ser para entender qué hacen aquí, entre nosotros. Luego cojo el bolígrafo y sintetizo su historia para acercarla a la gente.

 

Pero eso no es lo mejor. Lo mejor de lo que hago es que, a diferencia de la Dra. Melfi, mis "pacientes" no son peligrosos, no hay riesgos reales, lo que significa que tengo permiso para pasármelo bien.


Tu forma favorita de recargar energía fuera del trabajo: 

Todo lo que me saque de la cabeza y me lleve al cuerpo: bailar, hacer yoga o pilates, subir cinco quilillos más en las máquinas del gimnasio y repetirme que sí, que sí, que me estoy poniendo fuerte. Eso en el día a día. Si tengo más tiempo, entonces cojo el coche, me lanzo a la carretera y me pierdo por pueblos, leo un buen libro, y me zampo unos boquerones con patatas fritas.


¿Alguna habilidad o hobby secreto que casi nadie conozca?

Todas las mañanas hago un sudoku y resuelvo "lapalabradeldia.com". Cada vez soy más ágil.


Emoji que más usas cuando hablas de trabajo:

🧘‍


El lugar más inspirador desde el que hayas trabajado:

La Casa de Belmonte, un refugio de escritores en el Bajo Aragón.

 


¡Al lío! 🏄


¿Cuándo te diste cuenta de que eras buena en lo que haces?

Cuando se me confió la dirección de un equipo.


Cuéntanos un riesgo profesional que tomaste y qué pasó después. 

En 2014 dejé mi primer trabajo sólido para mudarme a Escocia, sin ninguna garantía. Me di tres meses para encontrar una nueva oportunidad, y la encontré a los dos meses y veinte días. Para mí, eso es un riesgo: no tener un plan B si la cosa no sale bien. Claro que tomar riesgos a los veintitrés años no es lo mismo que tomarlos a los treinta y cuatro.

 

Lo que pasó después fue el comienzo de mi carrera como organizadora de eventos, una profesión que duró seis años más, hasta que decidí entrar al amplísimo mundo del marketing. Pero ese otro cambio no lo consideraría un riesgo: no solté la primera rama hasta que no tuve bien agarrada la segunda. 


Algo de tu trabajo (o de tu carrera) que la gente suele malinterpretar.

Como copywriter, había quien pensaba que me dedicaba a temas legales del copyright. Así que empecé a usar otros términos: redactora de contenidos, redactora publicitaria, creativa o, simplemente, “escribo para marcas de comida”, según el día y la persona que tuviera delante.

 

Ahora es más fácil de entender: soy responsable de un equipo creativo. Pero no más fácil de decir.


Si tu yo más joven pudiera verte ahora, ¿qué le sorprendería más? 

No le sorprendería lo que hago, pero sí la seguridad con la que lo hago y el respeto que me llega de vuelta.


¿Qué mito sobre el éxito desearías que dejáramos de repetir de una vez? 

El éxito no solo es laboral.


Si mañana tuvieras que dar una charla TED, ¿sobre qué sería (aparte de tu trabajo)?

Se llamaría Cómo volver a los noventa sin máquina del tiempo, y trataría sobre todas esas costumbres que existían antes de la irrupción de la tecnología y las redes sociales en nuestras vidas, y que todavía podemos recuperar si nos lo proponemos.

 

Desde escribir cartas a mano, escuchar un disco de principio a fin, quedar en un lugar a una hora… y cumplirlo, leer el periódico en papel, memorizar los números de teléfono de nuestros seres queridos, o cocinar una receta familiar sin buscarla en Internet.


¿Alguna habilidad aprendida fuera del trabajo (un hobby, una experiencia etc) que haya cambiado tu forma de afrontar tu carrera?

Comprender este refrán: Vísteme despacio, que tengo prisa.

Procuro mantener la paciencia, incluso cuando todo parece urgente.


Algo que tuviste que “desaprender” para llegar a donde estás hoy.

Tuve que desaprender muchos de los “pórtate bien”, “no levantes la voz” y “respeta a los adultos” que una interioriza de chica. Ajustar eso lleva tiempo. Pero cuando empecé a dar paso a la asertividad, las cosas empezaron a moverse en una dirección mucho más satisfactoria.

 

¿En qué momento de tu carrera te sentiste completamente perdida y qué te ayudó a reencontrar el camino?

En uno de mis trabajos anteriores me encontré bajo la supervisión de tres personas con un estilo de liderazgo prepotente e irrespetuoso. Llegaban a poner motes a los trabajadores y a ridiculizarnos frente al resto. Más que reencontrar mi camino, lo que hice fue tomar otro distinto. Rodearme de gente íntegra es innegociable, y esa experiencia me ayudó a reforzar este principio.


Un momento en el trabajo que te hizo reír justo cuando más lo necesitabas.

No recuerdo exactamente qué pasó, pero estábamos en una reunión (mi primera como Team Lead). Al terminar, compartí con el equipo un formulario para conocer sus motivaciones. Una de las preguntas decía: ¿Cuándo fue la última vez que te reíste? A excepción de quienes respondieron con un meme o con un TikTok, la mayoría escribió: hoy, ahora.


Algo que en su día viste como un fracaso, pero ahora agradeces que ocurriera.

Tenía un concepto creativo buenísimo. Estaba convencida. Era divertido, cotidiano, caricaturesco, refranero. Era perfecto. Pero los consumidores no lo siguieron. Cuando tuvieron el producto en las manos y se les pidió que compartieran su experiencia en redes, no supieron cómo representarlo. Era abstracto, gratuito, desactualizado, irrelevante.

 

Desde entonces, no presento ninguna idea que no pueda dibujar. Me exijo distinguir entre lo que a mí me fascina y lo que funciona ahí afuera.


La parte de tu trabajo que siempre te motiva, incluso cuando todo lo demás pesa.

El equipo con el que comparto mi día a día. Cualquier otra respuesta se queda por debajo.


El mejor cumplido que has recibido sobre tu trabajo (aunque pareciera pequeño).

 "Ojalá se me hubiese ocurrido a mí".


Algo que antes perseguías en tu carrera y que ahora ya no.

Supongo que, al principio, viene de serie querer "impresionar al jefe". Ahora encuentro la motivación en lugares mucho más míos: sentirme resolutiva, bien organizada y disponible para quien lo necesite.

 

¿Cómo ha cambiado con los años tu definición de “éxito”?

Tener mi casa, un buen sofá, una estantería de tres metros y la nevera llena. Tener espacio a mi alrededor y sentirme querida.

 

Un movimiento “no tradicional” en tu carrera del que te sientas orgullosa.

Desde que asumí la dirección del departamento, me deshice de cualquier idea preconcebida sobre cómo debe ser una líder. Me muestro vulnerable y fuerte cuando la situación lo requiere, pero sobre todo cercana y franca. En nuestras reuniones, doy espacio a asuntos personales siempre que la otra persona se sienta cómoda (y suele ser así), porque ocho horas son muchas horas al día como para hablar solo de trabajo. Con lo interesante que puede ser la vida.


Nombra a una mujer o a las mujeres que te hayan ayudado o inspirado en tu carrera.

Coincidí con Sonia en una empresa donde el ambiente era muy hostil. A pesar de eso, ella siempre fue un pilar de apoyo para mí, manteniendo una actitud optimista sin perder nunca el foco en la calidad de su trabajo. Su dedicación y profesionalismo fueron la razón principal por la que no me hundí. Sonia es una persona realmente inspiradora, no solo por su talento, sino por su capacidad de aportar luz y energía positiva incluso en los contextos más difíciles.

 

 

 





 
 

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